Universidad de Ciencias Médicas

Universidad de Ciencias Médicas 22 público en este ámbito no fue fácil, se requirió el liderazgo, la visión y el coraje de un sobresaliente grupo de médicos articulados en torno al carisma del Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja, así como la voluntad del personal administrativo y de las primeras generaciones de estudiantes. Gracias a la cohesión de este grupo de seres humanos, a su solvencia científica y técnica, y al deseo de los alumnos y alumnas de educarse bajo altos parámetros de calidad, fue posible enfrentar y vencer los prejuicios sociales y políticos hasta demostrar que la excelencia no es propiedad de ninguna institución, y que nuestra Universidad, denominada en aquellos años, Escuela Autónoma de Ciencias Médicas, no solo era excelente en su desempeño académico sino que también representaba una opción de inclusión social para muchos costarricenses y centroamericanos que deseaban es- tudiar Medicina. Primero se rompió el monopolio público en la enseñanza de la Medicina y la Microbiología, luego en Farmacia, Nutrición y Fisioterapia. Cabe afirmar, sin lugar para la duda, que la Universidad de Ciencias Médicas responde a una necesidad his- tórica de la sociedad costarricense y de la educación superior. Cuando se estudia la historia de la educación costarricense desde el siglo XIX hasta el momento de la fundación de nuestra Universidad resulta evidente que el Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja y el grupo de colegas que le acompañaron, interpretaron de manera correcta el momento histórico, y ofrecieron una respuesta original e innovadora que enlazaba con toda la his- toria previa en materia de enseñanza de la medicina. 3. Nuestros tesoros Como en alguna oportunidad se lo expresé a mi padre “ a usted le correspondió romper el monopolio en la edu- cación médica, ahora nosotros haremos lo mismo en las especialidades de las ciencias médicas ”. Lo hicimos para beneficio, en primer lugar, de los estudiantes y del desarrollo de la sociedad costarricense. Se trató de un hito histórico que ha quedado grabado en la historia costarricense y en la historia de la profesión médica y de las otras disciplinas relacionadas con la salud. La memoria de aquellos años iniciales de lucha constante para vencer prejuicios y demostrar excelencia en el quehacer universitario es el primer tesoro de nuestra historia, un tesoro fraguado en la visión del Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja, fortalecido y profundizado con el apoyo, el pensamiento y la voluntad de académicas, administrativos y estudiantes. Fue en ese contexto que la nueva Universidad alcanzó su consolidación inicial, y sobre esa base, entre los años 1990 y 2000 logró su con- solidación definitiva y un grado de madurez institucional que la acreditó como la más importante institución universitaria privada en la enseñanza de las ciencias médicas. El siglo XXI ha visto crecer a la Universidad en calidad académica, investigación científica, desarrollo tecnológico, internacionalización, especialidades mé- dicas y pertinencia social. Y es a través de estos hechos que en la Universidad se ha cultivado otro tesoro tan relevante como el primero: el compromiso irrestricto e irrenunciable con la excelencia en la enseñanza, y la

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