Universidad de Ciencias Médicas

Universidad de Ciencias Médicas 46 Era claro que el futuro deparaba grandes cosas para don Andrés Vesalio, quien antes de partir a estudiar a Canadá protagonizó junto con su padre un enfrentamiento a nivel periodístico con don Clodomiro Picado Twight, todo por llevarse el crédito sobre la creación de ampollas de extracto hepático para tratar las anemias. 1939 también fue un año importante para la familia Guzmán Calleja porque el padre, don Jesús, fundó el laboratorio que hoy en día sigue funcionando, bajo el nombre de Laboratorios Fide S.A., en él, junto con su hijo fue desarrollando el estudio para conseguir la fabricación de ese extracto hepático. La investigación en estos temas estaba en boga por aquel entonces, en la década de los treinta, incluso en 1934 George R. Minot, William Parry Murphy y George H. Whipple fueron galardonados con el premio Nobel de Medicina por sus estudios sobre la anemia y los cau- santes de la misma. De manera que empezaron a ingresar al país fórmulas de extracto hepático de importantes casas farmacéuticas, pero a partir de setiembre de 1939 las mismas empezaron a escasear, dado el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Pero donde muchos ven un problema, unos pocos ven una posibilidad y los Guzmán empezaron sus propios estudios para elaborar en el país dicho medicamento. Sobre el comienzo de esta empresa y su explicación técnica es mejor tomar las propias palabras de don Vesalio: “La técnica en sí no era difícil y estábamos capacitados para hacerla. Compramos la cristalería y demás equipo y comenzamos a trabajar. Tuvimos éxito. Las primeras cinco mil ampolletas vacías las importamos de Alemania, ya en guerra, hacia 1939. La titulación se hacía en pacientes con anemia perniciosa. Una unidad teórica era la cantidad de principio de Cohn-Minot contenido en diez gramos de hígado de res, pero esto había que confrontarlo además con la respuesta re- tículocitica. Una “unidad” sería la cantidad mínima de extracto que al inyectarlo, estimularía un aumento de % en los retículocitos, todo esto se hacía en cada lote. La depuración proteica la hacíamos primero, mediante calor a 60 grados, el líquido extraído luego por expresión se concentraba y con una solución alcohólica a 600/0, que precipitaba una fracción blanquecina, llamada principio de Whipple, que se separaba por filtración. La continuaba la deshidratación a calor moderado agregando finalmente alcohol, para producir una separación final... (…) Le agregaba agua destilada a esta especie de jalea hasta el equivalente de pero-volumen 1·10, presentándola con fenol O.S% y en refrigeración, mientras se valoraba biológicamente. Hechos posteriormente los ajustes correspondientes, se embasaba en ampolletas de 2 cc. Que se esterili- zaban a 80ºC por media hora durante tres días, se hacían luego los controles bacteriológicos”. 23 23 Guzmán, Vesalio. Mi mejor hora (I), 118.

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