Universidad de Ciencias Médicas

Bienvenidos al futuro 51 Empezó a trabajar como interno en el Hospital San Juan de Dios el primero de enero de 1945, de acuerdo a su relato de ese día estaba programado que él estaría en cirugía menor, pero los pacientes correspondían a lo espe- rable de un treinta y uno de diciembre: “ebrios y golpeados leves por riñas callejeras y de los “toros” de la noche” . 32 Sin embargo, conocería de inmediato Vesalio el “ corre corre” del hospital cuando cerca de las tres de la tarde sucedió un impactante accidente de tránsito, al chocar un autobús con el tranvía, ahí mismo en la esquina del San Juan de Dios, recinto al cual fueron llegando los heridos hasta saturar las salas del hospital, algunos con fracturas, otros con heridas leves; todo iba viento en popa para aquellos pocos internos que ingresaron ese día, y de repente llegó una ambulancia con heridos de las corridas de toros de Plaza Víquez. 33 Ese fue su primer día en el internado, que se alargaría hasta el dos de enero, cuando por fin pudieron cambiar de turno, el cual fue un poco más largo e intenso de lo previsto. El Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja era un gigante, no solo en estatura, sino en su dimensión humana, académica. Una persona imponente, muy culta e ilustrada, un caballero en el senido estricto de la palabra. Líder indiscutible en la historia de la medicina en Costa Rica. Cuando me correspondió ser estudiante en la Escuela Autónoma de Ciencias Médicas, recuerdo un pensamiento que él acostumbraba repetirnos: “sean médicos renacentistas, no descuiden su formación cultural”. Ese pensamiento ha marcado mi trayectoria como profesional y ser humano. Dr. Jorge Cortés Rodríguez Esta etapa de internado fue sumamente importante para Vesalio, allí conoció a muchos compañeros que se convertirían en amigos, venidos de distintas universidades del mundo, algunos de los Estados Unidos, otros de México, algunos de Italia, cuyas distintas formaciones enriquecían al grupo. Pero también se destaca esta etapa porque en ella el doctor aprendió de sus propios maestros la importancia de ser un soporte para el aprendiz, de la magnitud que tiene la figura del mentor en la futura carrera del profesional. Reflexionaba Vesalio sobre esta etapa del internado y en el interno a modo de una mariposa que sale de su capullo y cómo es el deber del maestro ayudarle a levantar el vuelo con sus tiernas alas, siendo vital la dirección en la que el mentor guía a su estudiante. 34 Sin duda alguna el ejemplo que le dieron sus propios guías, como el doctor Antonio Peña Chava- rría, durante sus primeros pasos en el Hospital San Juan de Dios, lo llevaría consigo a la nueva universidad que fundaría en la década de los setenta. 32 Guzmán, Vesalio. Los Primeros Pasos del Médico. “Algunos artículos de la cosecha literaria del Maestro Dr. Andrés Vesalio Guzmán Calleja”. Revista Médica de Costa Rica. XLII. No. 491. 1985, 121. 33 Guzmán, Vesalio. Los Primeros Pasos del Médico, 121-122. 34 Guzmán, Vesalio. Los Primeros Pasos del Médico, 122.

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