Universidad de Ciencias Médicas
Bienvenidos al futuro 81 organización mayor. Sin embargo, el sueño del doctor Guzmán Calleja no era simplemente la escuela de me- dicina, sino una universidad de Ciencias Médicas, en la que además de la medicina se impartieran disciplinas auxiliares y especialidades, lo cual el reglamento de la UACA impedía, por lo que desde un principio se dejó constancia que la escuela podría desafiliarse cuando le conviniera, algo que no sucedió hasta 1999, cuando se inició con la ampliación de la oferta de carreras. Otra necesidad importante que debía ser solventada antes de dar por iniciadas las lecciones, era una infraes- tructura apropiada, lo que se consiguió gracias al apoyo estatal, con lo que el gobierno de Daniel Oduber Qui- rós reconocía el interés público en la creación de una escuela de medicina privada. Gracias a la intermediación del Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Educación, se logró un convenio con la Junta de Protección So- cial de San José, en el que se le cedían a la nueva escuela de medicina las instalaciones del antiguo Hospital Psi- quiátrico, el cual tenía un diseño hospitalario adecuado para la enseñanza y la práctica, además de su cercanía al Hospital San Juan de Dios. El edificio, encontrado en un estado de evidente deterioro, necesitó de una gran inversión de capital para estar en capacidad de recibir estudiantes, mucho de ese dinero salió de las cuentas del doctor Guzmán Calleja, quien estaba dispuesto a sacrificar su patrimonio ganado con su dedicación a la salud, para ver realizado su sueño más ambicioso. La decisión del Poder Ejecutivo de contribuir con la creación de la escuela de medicina privada es llamativa si se toma en cuenta que Costa Rica, por entonces, pasaba por una coyuntura de crecimiento estatal y de acaparamiento de varias actividades clave de la economía nacional. En aquella época imperaba un discurso político favorable a la estatización, no obstante lo cual las condiciones económicas y so- ciales exigía la ruptura del monopolio público en la enseñanza supe- rior. A pesar de eso la apertura de sectores como la banca, la medicina y la educación al sector privado generó intensos y enconados debates. Al reconocer la importancia de una escuela de medicina privada, el gobierno de Oduber aceptaba la necesidad de apertura en el campo de la enseñanza médica para solventar las carencias de la educación superior pública, la cual no podía ni con la demanda educativa de graduados de secundaria, ni con la formación de todos los profesio- nales que necesitaba el país en aquellos años. A pesar de la oposición de personas ligadas al sector público, el mismo Presidente Oduber y su ministro de educación, reconocieron el interés público en la creación de una escuela privada de medicina y apoyaron al doctor Guzmán Calleja.
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