Una nueva mirada en la mediación pedagógica al encuentro con el sentido del aprendizaje en los procesos educativos

encuentro con el sentido del aprendizaje en los procesos educativos 201 Siguiendo esta línea de pensamiento, Gómez (2014, citado en Gómez y Carvajal 2015) manifiesta que se deben buscar otras formas de cognición, involucrando directamente en la actividad educativa regular, las múltiples opciones de aprender por medio de diversos lenguajes artísticos, donde se valoren y se desarrollen las diferentes formas de conocimiento y se puedan potencializar las inteligencias. También, Beltrán y Mundet (2014), coinciden con esta propuesta al afirmar que, hoy en día, la educación debe actualizarse y contribuir con los avances, para mejorar las condiciones educativas; en este sentido, los autores plantean que el arte desempeña un papel fundamental, como herramienta educativa, para desarrollar habilidades emocionales, mentales y comunicativas. Ellos parten de la idea de educación como un concepto holístico, en donde las artes por sus múltiples elementos corporales, emocionales, sociales, lúdicos y comunicativos que la componen, en varios países las han ido incorporando en diferentes programas dado que, no solamente se beneficia el aprendizaje sino también la salud física y mental. De ahí que, replantear la calidad de la enseñanza y el trabajo diario que se lleva a cabo en la educación, es fundamental para poder reflexionar en lo referente al currículum actual de la enseñanza, del aprendizaje, así como, del perfil del docente y de la descontextualización del conocimiento; ya que, es el único camino, para iniciar los procesos de crecimiento oportunos, efectivos, integrales y de impacto en los estudiantes. 3. Apuestas Permitir a los estudiantes expresar, experimentar, “no cerrar”, sino crear desdemúltiples saberes, lenguajes y paradigmas, en un ambiente agradable, andragógico, y contextualizado, hace que se disponga y se contribuya a la preparación agradable del cuerpo, originando una interconexión con la parte intelectual-sensorial, es decir, mente-cuerpo, para alcanzar todos los ámbitos de la actividad humana, evitando una posición, en la cual, se privilegia el racionalismo como un ente exclusivo. En este particular, Villalpando (2010), concuerda con esta postura al proponer, que es prioritario hacer conciencia de que educar a un ser humano alejado del arte, o al menos, desde un enfoque tradicional, no colabora a desarrollar todas sus potencialidades, y, a la vez, se coarta su crecimiento integral. Por lo tanto, el arte facilita que el aprendizaje proporcione una experiencia que beneficia de forma integral, no sólo lo que sucede en el aula, sino también, en la cotidianidad, en el contexto social y familiar. Lo que suceda en el aula como experiencia agradable, novedosa y significativa, permanecerá de forma integral y duradera en los otros contextos, es decir que, dicha experiencia educativa es potencialmente influyente y de extrapolación, hacia sus esferas más cercanas de convivencia. En virtud de lo anterior, la hipótesis central radica en apostar por una educación artística flexible e integral, por medio de la cual, se podría impactar la formación del estudiante, más allá de un plano academicista, ya que logra trascender a un plano vivencial, que enriquece su área bio- psicosocial, y, al no ser excluyente, favorece más de una sola competencia del área del aprendizaje. Nótese que, beneficiar solo un tipo de inteligencia y limitar la educación en la formación integral del sujeto, es una propuesta excluyente, e incluso, los contenidos del currículo escolar no coinciden con las necesidades o intereses tanto del profesorado como de los estudiantes. Ciertamente, la visión correcta del ser humano en la educación debe ser interdisciplinaria, dada su pluralidad de tendencias, tanto en el orden intelectual como en el psicológico, físico y espiritual que, de no desarrollarse, el sujeto como tal se estanca, se frustra y se angustia (De Bona, 2005).

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