Una nueva mirada en la mediación pedagógica al encuentro con el sentido del aprendizaje en los procesos educativos
Universidad Nacional: Una nueva mirada en la mediación pedagógica al 82 en palabras de Asmann, encontrar el encanto, en esta experiencia de aprendizaje mutuo (de él y de nosotras) que, confabulada con el universo, sirve para vivir la vida; tal y como lo manifiesta Günter Grass: “No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee” (2005, p.179). Así las cosas, en la medida en que Luis Alfredo crecía lo hacíamos con él, reafirmando nuestra vocación, reorganizando y equilibrando nuestro propio yo, redimensionando y reencantando nuestro ser, nuestro hacer y quehacer. En el proceso encontramos el sentido de nuestra labor, ya que, también despertó la pasión y el placer ante ese universo que ofrece el aprendizaje. Dado que, desde una visión educativa liberadora, emancipadora, solidaria y amorosa, se deben promover los procesos formales o informales de aprendizaje, en donde se “impregnen de sentido las diversas prácticas y la vida cotidiana” (Gutiérrez y Prieto, 1993). Con esto, lo que se sugiere, es que se abran espacios de reflexión en la familia, en las instituciones educativas y en la comunidad. No obstante, se debe repensar el quehacer del/la docente- aprendiente como mediador/a y amortiguador/a, quienes, durante los procesos de educación, también enfrentan los efectos que genera la pobreza, la exclusión, la marginalidad, el maltrato y la deshumanización. Ahora, se comparte con amor la experiencia del aprendizaje en la cual los sueños también se convierten en emociones. En este particular, Assmann afirma que: “la escuela no debe concebirse como simple institución que repasa conocimientos preparados, sino como el contexto y el ambiente organizativo adecuado para la iniciación en vivencias personalizadas de aprender a aprender” (2002, p. 31). Esto implica que la educación no se realiza en el vacío, sino en el contexto sociocultural en el que se desarrollan los aprendientes. En este sentido, cabe recordar que la educación es un acto social y cultural, que debe concebirse como un factor transformador de la sociedad, en donde las vivencias cotidianas son trascendentales, para los individuos que forman la colectividad. Desde la biopedagogía, se vislumbra la posibilidad de que todavía hay esperanza para la sociedad costarricense, sobre todo si se fundamenta la educación dentro de los sistemas estructurales autoorganizados, autopoiéticos, sistémicos, holísticos que brindan la oportunidad, a los y las aprendientes, de participar en la transformación de la educación por medio de su participación. Ciertamente, la intervención de los y las aprendientes se debe promover tomando en consideración aspectos tales como: a. Sus experiencias previas, sus vivencias, su cultura, sus interacciones sociales. Reconociendo que los aprendizajes son una expresión de la alegría de vivir. b. Que son seres humanos integrales, inteligentes con profundo amor por la vida y capacidades ilimitadas para el aprendizaje. c. Que su crecimiento, personal, progresivo y constante, fomente una nueva conciencia planetaria de amor incondicional por las diversas manifestaciones de la vida. d. Promover una visión holística de la educación , aplicando la concepción metodológica participativa o procesual. e. Que los y las aprendientes, se involucren en las situaciones de aprendizaje, para que realmente se dé el aprender a aprender en la educación; pues, “el conocimiento solo emerge en su dimensión vitalizadora, cuando tiene algún tipo de vinculación con el placer.” (Assmann, 2002, p.29)
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