Universidad de Ciencias Médicas

Bienvenidos al futuro 69 una variedad de perspectivas que resultaban en médicos con una formación de élite y apegada a los últimos avances de las ciencias auxiliares. Esta postura se ilustra a la perfección con una conversación a la que hace referencia Luis Demetrio Tinoco, entre el entonces Presidente Rafael Ángel Calderón Guardia y un “amigo” no identificado: “Es preferible que el Estado siga dando becas para estudios en el exterior a los jóvenes que se destaquen por su esfuerzo, como lo ha venido haciendo hasta ahora. Veamos por ejemplo qué sucede con la Medicina. Nuestros médicos, los médicos costarricenses, son en conjunto muy superiores a los que se encuentran en los otros países de Centro América y en muchos otros paí- ses de América. ¿Por qué? Porque estudian en Universidades de diferentes países europeos, de distintas regiones de Estados Unidos, y de países adelantados de América como México, Chile y Argentina. Se han formado en diferentes escuelas, conocen distintas técnicas de tratamiento y de operaciones y al encontrarse en las salas de cirugía o en el anfiteatro del Hospital intercam- bian conocimientos y se van perfeccionando. ¿Qué sucedería si tuviéramos una Escuela de Me- dicina? En primer lugar, nunca sería una buena Escuela porque no tenemos medios económicos para dotarla de todo lo que se necesita para compararse con las Escuelas de gran reputación del extranjero; pero aun suponiendo que pudiera tener sus laboratorios, sus equipos, sus morgues, sus anfiteatros, todos los médicos saldrían preparados con la misma técnica, serían hijos de una misma escuela, y se perdería la ventaja que hoy tenemos de recibir la influencia de un gran nú- mero de escuelas y de técnicas. 55 ” Aquel discurso opuesto al establecimiento de una escuela de medicina en Costa Rica, no solo fue dominante por casi ochenta años, sino que tuvo consecuencias que determinaron el perfil de los médicos costarricenses, los cuales solían ser miembros de familias económicamente acomodadas que estaban en capacidad de enviar a sus hijos a estudiar al extranjero, a menudo hijos de cafetaleros, comerciantes o de profesionales liberales. Las representaciones sociales que daban forma a los discursos dominantes de entonces, eran muy distintas a las actuales, ya que aún estaban bajo el influjo de los ideales y valores victorianos. La educación, así como ciertos espectáculos, ropas y patrones de consumo, eran elitistas y excluían a una gran parte de la población que vivía en condiciones de evidente pobreza. Cualquier hijo de obrero, artesano o campesino, aunque tuviera una vo- cación clara, difícilmente podría llegar a médico, ya que incluso la secundaria era de difícil acceso para jóvenes 55 Sancho Ugalde, Hilda y Vanegas Pissa, Juan. “Revisión de la educación médica en Costa Rica: logros y desafíos.” FEM, XXII, 4, 2019: 159-164.

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