Universidad de Ciencias Médicas

Bienvenidos al futuro 73 Para inicios de la década de 1960, cuando la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica se aprestaba a recibir a sus primeros estudiantes, el doctor Andrés Vesalio Guzmán Calleja, era una persona muy ocupada, ya que desempeñaba importantes funciones como cirujano en varios hospitales del país, además de formar parte de la Junta Directiva del Colegio de Médicos (asumió como Presidente en 1961), y estando inmerso en sus experimentos de cirugía cardiaca y trasplante de corazón, asumió como profesor titular encargado del área de cirugía en la Escuela de Medicina, ganando el primer lugar en un concurso para el que se postularon veinti- cuatro de los más experimentados médicos del país. Fue así como se convirtió en una pieza fundamental en el equipo de profesionales que trabajó arduamente para consolidar una escuela médica de calidad. Por casi tres lustros el doctor Guzmán Calleja trabajó arduamente para formar a excelentes profesionales en medicina, algunos de ellos tan aventajados que colaboraron en los estudios sobre cirugía vascular desarrollados por su maestro en la década de 1960. Fueron años de prosperidad para la economía costarricense lo que garantizó a la Escuela de Medicina, no solo el presupuesto necesario para ir construyendo su propio prestigio académico, sino que la expansión de los servicios de salud amplió la demanda de médicos, lo que además justificaba la existencia de la escuela. Por su notable contribución, la Universidad de Costa Rica ha homenajeado al doctor Andrés Vesalio Guzmán Calle- ja, mediante dedicaciones de graduaciones de estudiantes de medicina, además de ser reconocido en obras de Historia costarricense como uno de los pioneros de la enseñanza de la medicina en país. 3. Intentos para modernizar la enseñanza de la Medicina: algunas iniciativas del Dr. Vesalio Guzmán Calleja A pesar de su destacada contribución a la Universidad de Costa Rica, el doctor Guzmán Calleja no compartía la idea de que la enseñanza de la medicina debía ser solo pública, para él debía ser tanto pública como privada, porque a través de ese sistema mixto se facilitaría una mayor inclusión social de costarricenses deseosos de es- tudiar medicina. Por lo tanto, y por el compromiso que tenía con aquella casa de enseñanza, intentó impulsar cambios desde dentro, siempre pensando en los estudiantes como seres humanos y ciudadanos, de una forma integral, no solamente como profesionales en medicina, tal como lo atestigua su interpelación al decano de la Facultad de Medicina en una carta del año 1970, a propósito del programa de especialización en el posgrado: “Creo que a nivel de escuela graduada no es conveniente transitar sobre estrechos surcos en que únicamente se logre que adhieran los principios de la rama de la medicina que el joven graduado quiera aprender, pues de ser así, los estaríamos emparedando en una tesis pragmática, que a la postre podría ser útil únicamente a las instituciones hospitalarias y estatales que buscan médicos

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